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Volver a casa

Actualizado: 24 oct 2023

Cuando era niña, recuerdo el anuncio de El Almendro durante la temporada navideña, en el que un joven regresaba a casa por Navidad con su madre solitaria (a veces era el padre). El anuncio era muy emotivo y todos parecían estar felices después del reencuentro. Sin embargo, la realidad es bastante diferente. La migración y/o la expatriación no son fáciles, pero...

¿Qué pasa con la migración de retorno?

¿Qué sucede cuando decidimos “volver a casa” después de pasar varios años en el extranjero?


En primer lugar, ¿a dónde regresamos? ¿A casa de nuestra madre? ¿De nuestro padre? ¿De nuestra hermana? Es curioso cómo a pesar de no haber vivido allí durante mucho tiempo, muchos de nosotros todavía lo llamamos hogar. E incluso para aquell@s de nosotr@s cuyos padres u otros parientes han logrado mantener intactas las habitaciones de nuestra infancia, ¿realmente se siente como en casa? Tal vez tu dormitorio sí, pero ¿qué sucede cuando comienzas a caminar por la casa y descubres que tu madre ahora guarda los cubiertos en un lugar diferente, o que ya no puedes sentarte en tu lugar favorito del sofá, porque por desgracia, ese lugar ahora ha sido apropiado por el gato de tu padre.


En segundo lugar, están tus "amigos". Recuerdo que hace un par de años fui a tomar café con una amiga de infancia después de regresar de Sudán. Ella acababa de tener un bebé y yo acababa de recuperarme de la fiebre tifoidea. La recuerdo hablándome de cómo estaba pensando en inscribir a su recién nacido en clases de natación, mientras me preguntaba si Sudán estaba cerca de China. Sí, historia real. Fue en ese momento que me di cuenta de que por mucho que la apreciara, ya no podíamos ser amigas. Creo que ella debió haber sentido lo mismo porque desde ese día, nos saludamos cada vez que nos encontramos en la calle, pero nunca nos hemos vuelto a encontrar para tomar un café.


Luego están todos los chismes familiares. Cuando te reencuentras con tus primos, tías y tíos, y te empiezan a decir que una está embarazado, que el otro se va a casar con alguien cuya existencia ignoras, o que alguien más tuvo esa gran fiesta de 60 cumpleaños que solo viste en fotos, y la lista sigue creciendo.


En realidad, "volver a casa" puede ser más traumático que migrar. ¿Por qué? Porque es entonces cuando te das cuenta de que lo que creías que era “tu casa” ya no lo es.


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